Nado sincronizado

 

La natación sincronizada es una disciplina que combina natación, gimnasia y danza en donde un grupo de nadadores realiza en el agua una rutina de movimientos al ritmo de la música.

La sincronización requiere de grandes habilidades acuáticas, resistencia física, flexibilidad, arte y precisión en el tiempo, así como un extraordinario control de la respiración bajo el agua.

Los Juegos Olímpicos y los Campeonatos del Mundo no están abiertos a niños, pero otros eventos nacionales e internacionales disponen de la categoría infantil, como en Estados Unidos y Canadá.

La natación sincronizada está controlada por la Federación Internacional de Natación, FINA. Al comienzo del siglo XX, esta disciplina era conocida como ballet acuático y el primer registro de competición que se tiene data del año 1891 en Berlín, Alemania. Además de existir como deporte, muchas veces fue una de las principales atracciones de los eventos de Music Hall en los grandes teatros de variedades de las grandes ciudades como Londres, los cuales se equipaban con enormes tanques de agua para llevarlo a cabo.

Mientras que en sus comienzos era un deporte exclusivo de hombres, rápidamente se convirtió en una modalidad femenina. En 1907, la australiana Annette Kellerman popularizó el deporte realizando exhibiciones en un tanque de cristal como bailarina bajo el agua en Nueva York.

Para la categoría femenina, la natación sincronizada es un deporte olímpico desde los Juegos de Los Ángeles 1984. Cada competencia se divide en dos partes: ejercicio técnico y ejercicio libre, y para ambas, los jueces califican la calidad técnica, gracia, delicadeza y creación artística en sincronía con la música con un máximo de 10 puntos. A las atletas se les puede penalizar si tocan el fondo de la piscina, se apoyan en los bordes o también, si lucen cansadas y no sonríen ni muestran gracia alguna.