Su nombre cambia de país a país. En Argentina y Uruguay se les dice barriletes igual que aquí en Guatemala. En México, Cuba y Costa Rica se llaman papalote, palabra derivada de la lengua indígena nahuátl que significa “mariposa”. En Venezuela se las conoce como petaca o papagayo, voladores en Bolivia, pandorgas en Paraguay y algunas zonas de España, pizcuchas en El Salvador y chichiguas en la República Dominicana. Pero todos vuelan para alegría de quienes los guían por el aire con sus hilos.

Son un juego muy antiguo. Probablemente un invento chino de hace unos 2.500 años. Muchas veces adoptaban la forma de un dragón en vuelo, con su larga cola. En todo el mundo se fabricaban de papel de china y cañas de bambú.

En los países occidentales se comenzó a utilizarlas hace unos 300 años para investigaciones meteorológicas. Esto era porque llegaban a alturas que ningún hombre podía alcanzar, cuando aún no existían los aviones. Por lo que también sirvieron de modelo para investigar la posibilidad de construir los primeros aviones.

También se usaron con fines militares, por ejemplo para medir la distancia exacta hasta las líneas enemigas: se dejaba caer la cometa sobre la posición enemiga y se medía el largo de la cuerda utilizada hasta allí.

Para rescates marinos se lanzaban las cometas desde la costa o desde un barco hacia un náufrago, que se aferraba a la cuerda para ser tirado. Actualmente hay competencias deportivas de cometas en todo el mundo.

Y tú, ¿has volado alguno?

Fuente: DPA