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¿Cómo se puede desarrollar la inteligencia emocional en los estudiantes?

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May 18, 2018

Una de las prioridades del maestro dentro del aula es hacer que su alumno aprenda. Por mucho tiempo, este aprendizaje se ha enfocado en desarrollar destrezas tales como: memorización, razonamiento matemático, lectura, escritura, entre otros.  Pero debemos tomar en cuenta que las personas somos más que conocimiento y habilidades académicas, tenemos también un área emocional que necesita ser atendida y desarrollada.

 

Generalmente, cuando tenemos un alumno que destaca en estas destrezas cognitivas y obtiene buenas calificaciones, se identifica como un estudiante inteligente.  Sin embargo, el concepto de inteligencia es mucho más amplio. En la época de los noventas, los psicólogos estadounidenses: Daniel Goleman, Salovey y Mayer definieron la inteligencia emocional como la manera en que las personas conocemos, interpretamos, manejamos emociones y las utilizamos para relacionarnos con los demás.

 

La inteligencia emocional tiene varias dimensiones:

 

 

Según expresó Daniel Goleman: “En el mejor de los casos, el CI parece aportar tan sólo un 20% de los factores determinantes del éxito”. (El CI es el Coeficiente intelectual y representa las habilidades cognitivas). Esta afirmación nos deja entre ver que el desarrollo de todas estas dimensiones descritas anteriormente es vital para lograr el éxito y la felicidad en la vida.

 

Sin embargo, a pesar de ser tan importante muchas veces la inteligencia emocional es olvidada dentro de los procesos educativos.  El ambiente escolar y el aula son lugares ideales para aprender destrezas emocionales y para relacionarnos con los demás a través de lo que ocurre en el día a día.

 

Entonces, ¿de qué manera se puede desarrollar la inteligencia emocional en el aula?  A continuación, encontrarás algunos consejos prácticos:

 

 

 

Al desarrollar el área emocional de los niños o jóvenes se beneficia la convivencia escolar, mejora el aprendizaje de todo lo demás, se reduce el fracaso escolar, se brinda seguridad, se mejora el comportamiento dentro del aula, los estudiantes se motivan, mejoras la atención en clase, se reduce el estrés y se protege la salud mental.

 

“Educar la mente, sin educar el corazón, no es educar en absoluto” (Aristóteles)

 

Colaboración: Licda. María Edith Manzano, CIIMA Consultores, ciimaconsultores17@gmail.com, https://m.facebook.com/ciima.consultores/