El delfín que quería volar

El delfín que quería volar

Siempre que nadaba, el delfín miraba con atención a los pelícanos. Se ilusionaba con poder volar y cruzar el cielo azul.

Así pasaban los días y el delfín disfrutaba el espectáculo de las diversas aves que volaban sobre el mar. De pronto tuvo una idea, nadó con velocidad, tomó impulso y saltó del agua, fue tan grande el salto que cayó en la playa. Ingenuamente pensó que había volado como los pelícanos. Por suerte, la marea estaba alta, así que pronto el mar cubrío su cuerpo y regresó nuevamente al agua.

Cuando estaba a salvo, empezó a llorar porque su sueño no se había hecho realidad. De pronto, escuchó una voz que lo llamaba desde el rompeolas, y al acercarse pudo  observar a una serpiente que le dijo: ¿Por qué lloras? Eres una criatura muy hermosa y afortunada, tu inteligencia es muy admirada por los demás seres. Yo no puedo caminar, volar y mucho menos nadar; sin embargo soy feliz porque puedo ver cada amanecer y sentir el calor del sol».

En ese momento, el delfín pudo valorar las cualidades que tenía y nunca más volvió a quejarse.

Hesed Sue Hellen Estrada Galindo

Adaptación 188 palabras