El pavo real y la grulla
Hubo una vez un pavo real que empezó a dialogar con una grulla que descendió el vuelo y se dispuso a beber agua. Al convivir ambas aves, se dispusieron a discutir los dones naturales de cada una.
El pavo real no dejaba de enaltecer las bellas plumas que vestían su colorida cola. Mientras abría su cola y se pavoneaba alrededor de la grulla, expresó: «¡Mira el abanico de colores vistosos que poseo en la cola, de seguro tú no posees cosa más bella que estó».
La grulla se vio la cola y después de reflexionar por unos instantes recobró el ánimo y le dijo: «No niego la belleza de tus plumas, confieso que son hermosas y vistosas». El pavo real afirmó: «Claro está», y extendiendo aún más sus plumas. La grulla le dijo en un tono reflexivo: «Es cierto que tienes plumas hermosas, pero con ellas no puedes volar por los aires». El pavo real un poco desconcertado le respondió: «Pero mis plumas son de varios colores».
La grulla segura de sí misma le dijo: «Mis plumas no son tan bellas pero son mucho más útiles, ya que me levantan hasta las nubes. La sencillez de mis plumas me agrada porque gracias a ellas me transporto de un lugar a otro y me deleito con la vista de hermosos paisajes». La grulla alzó el vuelo y se despidió, mientras el pavo real se quedó en tierra viendo su cola.
Esopo
Moraleja:
Acepta todo lo que tienes y sácale provecho.