El Quetzal

Alado pensamiento de colores

que arcoirisa el azul con tardo vuelo,

condensación crepuscular del cielo,

alma de pedrerías y de flores.

Augur de los altivos gladiadores

que defendieron palmo a palmo el suelo,

cuando envolvió a la América el anhelo

devastador de los conquistadores.

Estuche de esmeraldas y rubíes,

redondos ojos como puntos de íes

que se encienden en bélica amenaza.

La libertad bajo sus alas vuela,

y en su augusto silencio se revela

la infinita tristeza de la raza.

Autor: Félix Calderón Ávila