Heloderma

 

Un fuerte veneno

En el mundo animal, el negro y amarillo significan peligro. Su veneno es fuerte pero incapaz de matar a una persona. Está diseñado para dejar un dolor inolvidable. Además de ser un mecanismo de defensa, el veneno sirve para digerir mejor su comida, pues ablanda a su presa para ser mejor asimilada. No existe antídoto para la mordedura, pero en los hospitales ya se cuenta con un protocolo para saber qué hacer si este animal te llegara a morder.

Una mordida de heloderma es comparable con los dolores de parto o que te pase encima un carro. Llegarás a sentir un dolor agudísimo, mareos e hinchazón en la parte afectada. Este reptil no abre la boca para soltar a su presa hasta no haber depositado suficiente veneno, asegura Daniel Ariano, biólogo de Zootropic.

 Pueden llegar a vivir más de 30 años y miden hasta un metro de largo. Siempre andan solos, pero para la época de apareamiento, un macho puede llegar a tener hasta seis hembras. Se alimentan de insectos, huevos, pequeñas lagartijas y algunas aves.

 

Un cuerpo fascinante

A pesar de ser negros y con cara de pocos amigos, los helodermas tienen un cuerpo fascinante que les ayuda a sobrevivir en la naturaleza. En la época de mucho calor son capaces de enterrarse e hibernar hasta por seis meses. Todo ese tiempo se la pasan sin comer ni tomar agua; en su cola guardan la reserva en forma de grasa para poder aguantar todo ese tiempo.

Sus manchas son de color amarillo, empiezan desde los hombros y recorren todo su cuerpo. En su cola tienen dibujado cinco aros del mismo color que sus manchas. Además poseen garras grandes y fuertes para poder trepar por lo árboles y hacer sus cuevas. Aunque tienen nariz, su lengua es el principal órgano para el sentido del olfato, con ella pueden reconocer olores, sabores y la posición de sus presas y enemigos. Como cualquier reptil, cambian periódicamente de piel, lo hacen cada dos meses cuando su época de crecimiento se activa.

¿Por qué cuidarla?

El heloderma es un animal muy importante en el ecosistema, es un controlador natural de roedores y tiene la capacidad de mantener un balance dentro del medio ambiente. Científicamente se está estudiando su veneno para ver si puede curar enfermedades como el Alzheimer y el mal de Parkinson. En la actualidad es utilizado para el tratamiento de la diabetes tipo 1.