Las riquezas de don Fede

Las riquezas de don Fede

Cada vez que la gente veía a don Fede, cruzaba la calle, porque su aspecto le daba miedo. Era alto, delgado, tenía un bigote con las puntas enrolladas y siempre vestía de colores oscuros.

Nadie lo entendía, pero por alguna razón el ganado, las fincas y las riquezas de don Fede aumentaban cada vez más.

«¡Vende almas, es un hechicero!», murmuraban los vecinos. Don Fede, al escucharlos lanzaba una carcajada y se alejaba.

Una noche se escuchó un trueno que iluminó el cielo de rojo e hizo temblar la tierra. Al amanecer, todos vieron que el pueblo seguía intacto, pero la casa de don Fede había desaparecido.

¿Y su dueño? Unos dicen que ese día aprovecho para huir del pueblo; otros, que la tierra se lo tragó; pero hasta el día de hoy, no se sabe qué sucedio en realidad.

Lo cierto esque pasado algún tiempo sus riquezas fueron repartidas entre los habitantes del pueblo y eso los llenó de mucha felicidad.

Maria del Carmen de León Mora

Adaptación 164 palabras