Los tatuajes existen desde la prehistoria
¿Sabías que los tatuajes ya eran utilizados por pueblos muy antiguos? La gente creía que estos dibujos en la piel los protegerían de los espíritus malignos y otros peligros. Se aplicaban con agujas de hueso y tinturas obtenidas de plantas o tierras coloridas. Era seguramente un procedimiento doloroso, pero llevar un tatuaje era considerado una señal de valentía. Se sabe que se utilizaban tatuajes ya en la prehistoria porque se encontraron momias que conservaban la piel tatuada, como la de un hombre hallado congelado en los Alpes, que vivió hace más de 5,000 años: llevaba grabados 57 tatuajes en su espalda.
Hoy en día, ser tatuador es una profesión y «un tatuador tiene que saber dibujar bien”, dice el experto de 36 años, Matthias Blossfeld. Y es lógico, porque el tatuaje debe quedar lo más perfecto posible, porque es de por vida, borrarlo sería muy difícil.
Ahora existen máquinas especiales para tatuar, son una especie de lapicero con una aguja en la punta. Se sumerge la aguja en tinta y luego en la piel. La aguja penetra aproximadamente un milímetro en la piel, impulsada hacia arriba y abajo por un pequeño motor eléctrico. ¡Y hace 120 pinchazos por segundo!
Las inyecciones de tinta debajo de la piel son tan cercanas una a la otra que parecen formar luego una línea continua de color. Un tatuaje puede tomar varias horas, incluso días. Esto depende del tamaño y del diseño.
Y aunque ahora los tatuadores son todos unos profesionales, los expertos en salud advierten que es mejor pensarlo bien antes de hacerse uno porque los pinchazos pueden resultar dañinos para la salud, los colores inyectados pueden desencadenar alergias y también se pueden producir infecciones. Por eso hay que comprobar que el tatuador cumpla con todas las reglas de higiene en su trabajo.
Fuente: DPA