Luis Cardoza y Aragón

Biografía

1901, nació el 21 de junio en la ciudad de La Antigua Guatemala, hijo del licenciado Gregorio Cardoza, un abogado de pensamiento liberal y doña Gertrudis Aragón. Desde joven participó en política.

1917, viajó a Nueva York y a San Francisco. Estudió medicina en Francia por dos años e hizo amistad con intelectuales como el pintor Picasso y los escritores Carpentier, Asturias y Vallejo. Conoció a Raynaud Georges, con quien tradujo el Rabinal Achi.

1923, publicó su primera obra en París, Luna Park.

1926, su libro Maelstrom, alcanzó cuatro ediciones sucesivas.

1927, viajó a Marruecoa, donde escribió Fez, ciudad santa de los árabes.

1944, regresó a su país natal. Participó en el movimiento revolucionario que derrocó a Jorge Ubico.

1945, creó la Casa de la Cultura.

1945-1947, lo nombraron embajador de Guatemala en Noruega, Suecia y la Unión Soviética.

1947, viajó a Colombia como embajador de Guatemala, luego a Chile y después a Francia, con el mismo cargo. En un viaje a Colombia conoció a Lya Kostakowsky, su esposa hasta 1988, cuando ella murió.

1952, se estableció en México, por su posición política. Trabajó en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

1955, publicó una de sus obras más reconocidas, Guatemala, las líneas de su mano, sobre la historia política y cultural de Guatemala.

1970, recibió el grado Emeritisimun, por la Universidad de San Carlos de Guatemala.

1977, publicó sus Poesías completas y algunas prosas.

1992, falleció el 4 de septiembre, en la ciudad de México.

Algunas obras

  • Guatemala, las líneas de su mano
  • Apolo y Coactlicue
  • El brujo
  • Pequeña sinfonía del Nuevo Mundo

Premios

1978, Galardón Quetzal de Jade.

1978, Orden Diego de Porres.

1979, Águila Azteca (México).

1992, Grado Honoris Causa, USAC.

1992, Premio Mazatlán (México).

Ejemplo de su obra

Pema Dedicatoria Total

(A Lya)

Porque nada he deseado

aparte de tu amor

nunca perdí mi tierra

que me inventó contigo.

Yo vivo enamorado

de luz, de mar y cielo.

Quisiera estar bordado

en tu alma y tu pañuelo.