Cuando comemos sentimos los diferentes sabores gracias a que también podemos olerlos, pues quien no puede oler, tampoco siente bien el sabor de un alimento. Haz este pequeño experimento y lo descubrirás.

Toma un trozo de chocolate, tápate la nariz con una mano y cómelo. Sentirás que tiene un sabor dulce, pero no reconocerás exactamente de qué se trata. Luego destapa tu nariz y prueba de nuevo el chocolate y notarás la diferencia.

La lengua siente los sabores generales: dulce, salado, amargo o ácido. Pero sólo con el olfato percibirás el sabor específico de los alimentos. ¡Increíble!

Fuente: DPA