Un perro bromista

Un perro bromista

Un día de estudios, como el maestro Elefante no había llegado, todos los animales platicaban de lo que habían hecho el día anterior. Entre los estudiantes había un perro al que le gustaba hacer muchas bromas y aunque hacía reír a sus compañeros, algunas veces esas bromas no eran muy agradables.

El perro bromista dijo en voz alta:

-¡Corran a sentarse porque ya tocaron la campana!

Todos corrieron asustados y se creó una gran confusión, mientras el perro se reía porque era una broma.

Al día siguiente, el perro bromista no llegó porque se había machucado la cola y esa mañana reinó la tranquilidad en el aula, tanto era el silencio, que el hipopótamo bostezó y todos los cuadernos salieron volando.

Todos extrañaban al perro bromista y querían que regresara pronto para poder reír con sus bromas.

Cuando el perro volvió, todos lo abrazaron muy emocionados y le hicieron ver que lo extrañaron. El perro sonrío y prometió bromear después de que explicaran la lección y además se convirtió en el asistente del maestro Elefante.

Todos los alumnos de ese salón llegaban muy temprano y regresaban a sus casas muy felices, pues además de aprender, disfrutaban las bromas del perro bromista.

Andrés Juan Darío Garzona Guzmán

Adaptación 201 palabras