Una amiga con alas
Cuando regresó de estudiar, Gabriela encontró a su hermana pequeña en la cama porque tenía fiebre. La mamá le dio medicamentos y la dejó descansar. Pero la fiebre no bajó.
Mientras Gabriela se cepillaba los dientes, vio en el lavamanos una mariposa que estaba a punto de irse en el desagüe. Se compadeció de ella, le secó las alas y la dejó volar.
Más tarde, escuchó unos aleteos muy fuertes, de pronto una mariposa gigante apareció y se la llevó a un lugar lleno de flores brillantes con miles de mariposas.
Una de ellas exclamó: «Por haber salvado a la reina de las hadas conocerás nuestra verdadera escencia, pues detras de esta apariencia notarás que somos hadas.
Como por arte de magia, Gabriela apareció de nuevo en la casa y en la bolsa de su vestido encontró una cajita con un ungüento que olía a flores. Corrío hacia donde estaba su hermana, la frotó con el ungüento en la frente y en ese momento la fiebre desapareció.
La madre sorprendida preguntó quién se lo había regalado. Gabriela sonrió y dijo: «Me lo regaló una amiga con alas».
Jennifer Patricia Mazariegos Mejía
Adaptación 187 palabras