Una bruja diferente
Una mañana, la bruja Maruca estaba revolviendo una poción que acababa de inventar. Ella no era una bruja normal, sus hechizos eran diferentes, en este caso ella quería arreglarlo todo.
Términó la poción se subio a su escoba y se elevó por los aires. Mientras volaba, pudo ayudar a un gato que no sabía cómo bajar del tejado y reparó la pelota pinchada de un niño que jugaba futbol.
Cuando volaba sobre el bosque, observó que alguien lloraba. Era Anika, una niña que siempre les había tenido miedo a las brujas porque había escuchado que la gente hablaba mal de ellas.
Maruca ya sabía lo que ocurría, y sin preguntar lanzó unas gotitas de su pócima sobre la bicicleta de Anika. Al instante brillo y estaba como nueva, Anika se secó las lágrimas, le dio gracias a Maruca y le prometió que no pondría atención a las murmuraciones de la gente.
Sylvana Lehnhoff
Adaptación 175 palabras